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Este miércoles se movió de manera sorprendente el mercado de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) y habría que analizar, qué equipo saldría ganador en primera instancia entre Navegantes del Magallanes y Tiburones de La Guaira.
Los turcos y los salados realizaron una jugada a todo riesgo, tras canjear a dos figuras experimentadas de la pelota rentada criolla: Junior Guerra pasó a los filibusteros y Yangervis Solarte se vestirá de litoralense.
¿Qué equipo es el ganador en este cambio?
Evidentemente, ambos obtuvieron a nombres con amplio bagaje en las Grande Ligas, sin embargo, se puede decir que en las primeras de cambio podrían obtener mayor beneficio los Tiburones.
Aunque un lanzador abridor vale oro en la pelota criolla, Junior Guerra ya cuenta con 39 años y viene lidiando con problemas físicos en las dos zafras más recientes, por ende es una moneda al aire que deben lanzar los eléctricos en ese sentido.
Por su parte, Yangervis tiene 36 vueltas al sol y aunque no posee la misma habilidad, que en años anteriores, viene jugando en México y Dominicana, ligas de mucho nivel. Además, puede batear a ambas manos y siempre le ha ido muy bien en Venezuela.
¿Vendrá a jugar Yangervis Solarte?
Un factor clave en esta transacción, que también podría definir un ganador de inmediato, es si Solarte sí vendrá a jugar con los escualos, debido a que durante su contrato con los Navegantes desde 2017, no disputó ninguna campaña en la LVBP.
No obstante, el utility dejo saber abiertamente que su ausencia se debe a que presentaba algunas diferencias con la directiva turca y de lograr una buena comunicación la gerencia de La Guaira hay una gran posibilidad que se coloque ese uniforme en la 2024-2025.
Todo se decidirá en el terreno:
Aunque ambos son piezas de suma importancia y se puede considerar que Yangervis puede tener par de campañas más que Junior con un buen rendimiento, todo se verá en el terreno de juego y las actuaciones de cada uno darán la respuesta esperada sobre ¿A qué equipo le irá mejor con su nuevo jugador?.
Lo que sí se puede asegurar, es que ambas novenas consiguieron lo que querían, los salados necesitaban más peloteros de infield y los filibusteros requerían de más brazos abridores.