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Beisbol Grandes Ligas

David Peralta llegó a 33 años, una de las mejores historias de criollos en MLB

Por Meridiano

Jueves, 13 de agosto de 2020 a las 09:30 pm

PABLO ALEJANDRO RONDÓN | @PablinhoAle3110

CARACAS. En el último lustro y quizás de la década en sí uno de los peloteros que han elevado alto la bandera de Venezuela ha sido David Peralta, quien con su madero venenoso por ser además una de las fichas claves de Cascabeles de Arizona logró su espacio en las mayores y este viernes 14 de agosto arribó a 33 años de edad.

Una de las historias más emotivas del béisbol nacional, fue capturada en un documental de 50 minutos aproximadamente realizado por el periodista deportivo Marcos Grunfeld la protagoniza este jardinero oriundo del estado Carabobo, el cual vio la luz de la vida en 1987. Uno que persiguió su sueño y logró elevarse desde la tierra hacia el cielo, al menos en el ámbito peloteril.

Su sueño comenzó en Valencia, ciudad de nacimiento y una de las metrópolis más importantes del país, de la cual han salido infinidad de jugadores para los diamantes. Fue en 2004 cuando comenzó a cristalizar sus aspiraciones al firmar con Cardenales de San Luis, pero como lanzador ya que, cómo se reveló en el film, le recomendaron actuar desde el morrito para tener mayores posibilidades.

Allí logró avances, pese que su efectividad no logró bajar de los cinco puntos y tan solo coleccionar 63 ponches en las categorías rookies de los alados (18 compromisos).

Pero, ahí tuvo unos grandes rivales al cual derrotarlos y no eran precisamente un similares, sino las lesiones. Cirugías de hombros y una paseada por la agencia libre en 2009 hacían presagiar que sería el final de su carrera.

Luego optó por reconstruir su carrera, siguiendo el mismo camino de Rick Ankiel, aquel jugador que pudo participar en las mayores en el rol de lanzador (entre 1999 y 2004), como toletero, desde 2007. Así lo afirmó en el material audiovisual y comenzó a cimentar dicho realce.

Trabajó duro en ligas independientes, a las cuales se cansó de hinchar a través de su nuevo amigo, el bate. Incluso, logró una de sus oportunidades más importantes, la que le dio Bravos de Margarita en la LVBP en 2011.

En Venezuela había debutado como serpentinero con Tigres de Aragua en 2005, acumulando tres cotejos y cuatro abanicados en 2.2 innings de labor. Pero la historia fue otra en el estado Nueva Esparta, el único insular del país, allí ligó .289 en cuatro campañas, con 32 remolcadas, 112 imparables y 29 extrabases.

Con esas actuaciones y el nivel mostrado en circuitos fuera del béisbol organizado, consiguió la contratación de su vida, la que lo llevó a las granjas de Cascabeles de Arizona en 2013, lo demás, fue historia.

Masacró la categoría Clase A fuerte y al año siguiente en Doble A siguió dejando muestra de su capacidad ofensiva, lo cual no le quedó mayor remedio a los ejecutivos de los desérticos que llamarlo a las mayores, uno que llegó con mucho esfuerzo y dedicación, para quien estaba cerca de los 27 calendarios en ese entonces.

Ya el resto es conocido, un Bate de Plata en 2018, el Guante de Oro el año pasado, líder en triples en la Liga Nacional en 2015, 30 bambinazos en 2018, 86 estacazos de por vida, 344 impulsadas, 257 conexiones de dos bases o más, 724 inatrapables, 335 anotadas, todo en 689 duelos y 2494 veces al bate. Eso y una sustanciosa extensión de contrato a principios de año (22 millones por tres años), lo cual le hace cobrar 7 millones al año.

Una de las muestras de superación, de seguir adelante, de no decaer, es sin duda alguna David Peralta, el madero que hoy es de la élite en las mayores, pero que ayer quería ser con su zurda el relevo para un Johan Santana estelar. Así es el béisbol, así es el deporte, y sus idas y venidas.

Felices 33 para el grandeliga venezolano.

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