Las apuestas y los juegos de azar se han convertido en una constante entre las opciones de ocio de muchos ciudadanos a lo largo del mundo. Estamos ante una forma totalmente lícita de ganar algo de dinero de manera rápida al mismo tiempo que se vive la emoción del riesgo y el incremento del interés en partidos y encuentros deportivos de todo tipo.
Sin embargo, el problema deriva del incremento en el uso de aplicaciones de apuestas, webs de este ámbito y espacios físicos dedicados a los juegos de azar que se está haciendo efectivo entre la población más joven. No hay que olvidar que se trata de una actividad ilegal para las personas menores de edad y que, por tanto, debe atenerse a ciertas restricciones que protejan a los más jóvenes de los riesgos derivados.
Los jóvenes y las apuestas, una realidad
No se puede culpar a los jóvenes de su actitud ya que se les presupone una falta de madurez propia de la edad y una rebeldía que se deriva del periodo de formación de la personalidad en la que se encuentran.
Pero sí es posible buscar responsabilidades en los padres, los adultos del entorno de los jóvenes afectados y en las instituciones que deben velar por la seguridad de los ciudadanos tomando medidas de protección de los menores para evitar que se adentren en terrenos peligrosos para ellos.
Buscando la imitación de sus ídolos, la integración en el grupo de amigos, la continuación de actitudes que observan en su entorno o la intención de sentirse prematuramente como adultos al tomar sus propias decisiones o generar sus propios ingresos, los jóvenes se están viendo cada vez más interesados en las apuestas deportivas y los juegos de azar.
Este interés creciente se deriva en un gran número de personas de corta edad con graves problemas financieros o con actitudes de adicción que se podrían evitar aplicando las medidas adecuadas.
La publicidad limitada, un gran paso
Son muchos los países que están tomando las riendas de la situación y uno de los pasos esenciales que pueden marcar una gran diferencia en los datos de jóvenes adictos al juego es la efectiva limitación de la publicidad.
Evitar que aparezcan personajes famosos prestando su imagen para invitar al juego, buscar la garantía de honestidad y veracidad en los anuncios de actividades de juegos y apuestas o la reducción de los horarios de emisión a unas franjas horarias restringidas, consiguen minimizar su impacto en los jóvenes. Estas son algunas de las medidas tomadas por muchas administraciones con sorprendentes datos de mejora.
La intención es proteger a los menores para bajar la cifra de participantes no adultos que se enganchan a este tipo de ocio y garantizar que el uso que se da al mismo sea el más acertado. Es difícil erradicar totalmente la presencia de los menores en estas actividades pero se puede luchar por conseguirlo a través de medidas como las señaladas y sin olvidar nunca la educación como base.