El FC Barcelona está considerando romper su vínculo de larga data con la gigante deportiva Nike. El contrato actual, que garantiza al club catalán una suma fija de 85 millones de euros al año, ha sido una fuente crucial de ingresos durante más de 26 años. Sin embargo, los directivos del Barcelona están explorando una estrategia audaz: fabricar su propio uniforme.
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La idea detrás de esta movida es clara: al producir sus propias camisetas, el Barcelona podría obtener un porcentaje significativamente mayor por cada prenda vendida en todo el mundo. Aunque la relación con Nike ha sido sumamente lucrativa para ambas partes, el club siente que ha llegado el momento de tomar las riendas de su imagen y finanzas a fin de generar mayores ingresos.
Esto resulta vital para el club tomando en cuenta la difícil situación económica que viene atravesando, la cual en su momento le impidió poder concretar el fichaje de su máxima figura histórica, Lionel Messi.
Se calcula que desde que el Barcelona firmó su primer acuerdo con Nike, el club blaugrana ha recibido más de 1.000 millones de euros en patrocinios. Sin embargo, la nueva estrategia apunta a una independencia aún mayor. La fabricación interna permitiría al club personalizar sus diseños, controlar la calidad y, lo más importante, aumentar sus ganancias.
El último contrato entre el Barcelona y Nike estaba programado para extenderse hasta el 30 de junio de 2028. Sin embargo, las conversaciones internas sugieren que los dirigentes están dispuestos a explorar otras opciones antes de comprometerse con una renovación.