Redacción Meridiano
El fútbol da muchas vueltas y como hay veces que eleva a algunos, con la misma velocidad los baja al suelo. Algo similar le ha sucedido a Rafael Dudamel, que fue recibido como un verdadero Mesías en el Atlético Mineiro y tras exactamente 55 días ha sido defenestrado con un escueto mensaje por las redes. Del cielo al infierno.
Dudamel culmina su paso por el club brasileño con un bagaje de 10 partidos, con cuatro victorias, tres empates y tres derrotas; unos resultados que no son tan negativos, pero todos unidos a las duras eliminaciones de la Copa Sudamericana y también en Copa de Brasil hicieron inviable su continuidad para los dirigentes del Mineiro.
No hay dudas de que para muchos la noticia de su destitución fue impactante; sin embargo, lo que causa más impresión fue que tras su tumultuosa salida de la Vinotinto, el yaracuyano no llegó ni a los dos meses en Brasil.
La cadena de eventos ha sido larga, pero es que el estratega ha pasado por varios ‘contratiempos’ como entrenador que con su salida del conjunto albinegro ahora destacan aún más.
Algunos de los sucesos de Dudamel como entrenador
De la euforia al “pongo mi cargo a la orden”
La Vinotinto derrotó a Argentina en un partido jugado en España y cuando la felicidad inundaba al combinado criollo, Dudamel apareció en la rueda de prensa para decir que había hablado con el vicepresidente y “he puesto mi cargo a disposición de los dirigentes”.
El técnico alegó que la selección se había “politizado” debido a unas fotos que salieron a la luz del equipo con algunos dirigentes políticos, un hecho que no le gustó a un Dudamel que comentó que siempre abogaba por el consenso sin irse a un lado u otro, porque “somos la selección de Venezuela que abarca a todo el país”.
Diferencias con la FVF
A lo largo de su estancia en el banquillo vinotinto, Dudamel tuvo sus ‘dimes y diretes’ con la Federación Venezolana de Fútbol; no obstante, las diferencias entre ambos bandos se hizo más que evidente cuando luego de un amistoso un periodista sorprendió al estratega criollo al preguntarle sobre el partido que se jugaría en Caracas ante Bolivia, un hecho que era desconocido para Dudamel.
La poca comunicación también se demuestra cuando tiempo después ninguna de las partes se puso de acuerdo para decidir de quien era la responsabilidad de que la prensa no pudiera realizar zona mixta tras el amistoso ante Colombia.
Adiós de Josef Martínez
Una de las noticias que más trastocaron a todos fue la renuncia de Josef Martínez a la selección nacional debido a los desencuentros que tenía con Dudamel y su cuerpo técnico.
El delantero del Atlanta United explicó que dado al “irrespeto” que recibió de parte del técnico oriundo de Yaracuy, pues prefería quedarse fuera de la Vinotinto hasta que hubiera un nuevo mandamás en el banquillo.
Una despedida dolorosa
Los rumores de su renuncia se confirmaron recién empezado el 2020 y con una carta Dudamel renunció a su cargo como seleccionador de Venezuela. El criollo indicó que su salida se debía a las profundas diferencias que tenía con la FVF y las dificultades que había para realizar de buena forma su trabajo.
"Mi relación con la dirigencia se fue deteriorando aceleradamente en los último tiempos y en las condiciones actuales era muy complicado continuar", expresó Dudamel dentro de la misiva. El adiós se hizo efectivo y dos días después arribó al Atlético Mineiro por todo lo alto.
Salida del Galo
Poco duró su paso por Brasil, porque luego de caer eliminado de la Copa, ante el Afogados de Cuarta División, el Atlético Mineiro le dio salida tanto a él, como a su cuerpo técnico y también a los dirigentes encargados en su contratación.
La algarabía que se generó con su llegada se diluyó a una velocidad inusitada. De pasar a ser recibido con bombos y platillos a irse después de un breve mensaje hay un largo trecho que Dudamel recorrió rápidamente y de puntillas.
Su despido del Galo es el culmen de un cúmulo de ‘percances’ que van desde sus múltiples desencuentros cuando era entrenador de Venezuela y terminan con este despido exprés del Albinegro. Las ofertas no le faltarán, pero de lo que no hay dudas es que su destitución lo deja con la certeza de que perdió la oportunidad de dirigir por más tiempo en un buen equipo suramericano y, peor aún, el tren en esa selección por la que tanto luchó.