Los Atléticos de Oakland no viven su mejor momento en cuanto a relación equipo-fanático se refiere, todo a causa de la ya aprobada, por MLB, mudanza del conjunto californiano al estado de Nevada, específicamente a Las Vegas.
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En este sentido, aficionado tomaron la decisión de boicotear el Opening Day del conjunto elefante para organizar una fiesta en el barrio cercano al estadio. Aunque la asistencia pagada fue de 13,522 personas, muchos se quedaron afuera.
Miles de fanáticos se congregaron en el estacionamiento en desacuerdo con la decisión de trasladar a los Atléticos de Oakland. Portando banderas con la palabra "vender" o caricaturas de los ejecutivos del club, incluido el dueño John Fisher y el presidente Dave Kaval, disfrutaron de tacos gratis y música en vivo en una manifestación pacífica durante el juego contra los Guardianes de Cleveland.
Dennis Biles dijo que el juego del jueves fue el primero de los Atléticos como locales que se ha perdido en cinco años. El fanático, abonado desde 2007, prefirió asistir a una universidad local para seguir acudiendo a los juegos en Oakland.
“Durante mucho tiempo creí realmente que los Atléticos estaban dedicados a la comunidad”, dijo Biles. “Y realmente me creí toda esa palabrería”.
Por su parte, en un intento por contener las protestas, los Atléticos mantuvieron cerrado el estacionamiento hasta dos horas antes del juego.
Es menester señalar que la organización Schools Over Stadiums, vinculada a la Asociación de Educación del Estado de Nevada, busca detener la asignación de $380 millones en fondos públicos para apoyar al propietario John Fisher.
El impacto de esta decisión queda por verse, mientras los seguidores continúan mostrando su oposición de manera decidida.