En los últimos días, han surgido en X (anteriormente Twitter) imágenes sexualmente explícitas de Taylor Swift generadas por inteligencia artificial. Estas publicaciones se han vuelto virales, acumulando millones de visualizaciones y generando molestias entre los fanáticos de la cantante.
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Uno de los ejemplos más destacados en X atrajo más de 45 millones de visitas antes de que la cuenta del usuario que compartió las imágenes fuera suspendida por violar la política de la plataforma. Aunque la publicación fue eliminada después de aproximadamente 17 horas, las imágenes se difundieron y volvieron a publicar en otras cuentas, algunas de las cuales aún están activas. El término "Taylor Swift AI" se convirtió en tendencia en algunas regiones, promocionando aún más las imágenes.
Se ha informado que estas imágenes podrían haberse originado en un grupo de Telegram, donde los usuarios comparten imágenes explícitas de mujeres generadas por IA. Las políticas de X prohíben explícitamente este tipo de contenido, pero ha habido críticas por permitir que muchas publicaciones permanezcan activas. La base de fans de Swift ha respondido inundando los hashtags utilizados para circular las imágenes con mensajes que promueven clips reales de la cantante para contrarrestar las falsificaciones explícitas.
Este incidente destaca el desafío real de detener la propagación de la pornografía deepfake y las imágenes generadas por IA de personas reales. Aunque algunos generadores de imágenes de IA tienen restricciones, la responsabilidad recae en las plataformas sociales para evitar la difusión de imágenes falsas, algo que puede ser difícil de lograr, especialmente para empresas como X que enfrentan desafíos en sus capacidades de moderación.