Rowerth Goncalves | @rowerth92
Cuando se habla de dominio en el deporte por equipos se recuerda al Real Madrid de los 50, a Celtics de Boston de los 60 y de forma reciente a Bulls de Chicago en los 90, pero solo un combinado nacional sobresale entre los dominadores de su deporte: el “Dream Team” de 1992 que fue insuperable y del que se habla hoy, 25 años después.
Tras la debacle del baloncesto estadounidense en los Juegos Olímpicos de 1988 y los deseos de jugadores como Magic Johnson de colgarse una medalla olímpica, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), el 7 de abril de 1989, decidió abolir la regla que impedía a Estados Unidos jugar con profesionales y desde ahí se comenzó a gestar el “mejor equipo de todos los tiempos”.
En principio jugadores como Michael Jordan no querían participar, pero con el correr de los días y los pulgares arriba de figuras como Larry Bird, “Su Majestad” se apuntó al equipo junto a nombres como Charles Barkley y Patrick Ewing. El 21 de septiembre de 1991 se conocieron los nombres que estarían en el equipo.
El periplo de la selección estadounidense inició el 28 de junio de 1992 en el Torneo de las Américas en Portland, y como si fuera un guion hollywodense les tocó abrir con Cuba y dominaron al elenco antillano con pizarra 136-57, fue la mayor cantidad de puntos anotados por el “Team USA 1992” en su momento.
En el campeonato continental terminaron invictos y enfrentaron en la final a la aguerrida selección de Venezuela, que dio la sorpresa al colarse en esa instancia del torneo. Los “Héroes de Portland” cayeron 127-80 ante los posteriores campeones olímpicos. En la memoria quedó plasmado el bloqueo de Rostin González sobre Jordan.
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