César Sequera Ramos || @CSequera11
El nombre de Antonio Senzatela apareció en la alineación titular de los Rockies de Colorado como en otras 7 oportunidades. Pero esta vez generó una sensación especial. Verse como abridor en el Día de las Madres generó un sinfín de emociones en el joven de 22 años de edad.
Para las personas que no conocen mucho la vida de Senzatela fuera del terreno de juego, una trágica noticia en julio de 2016 iba a cambiar drásticamente la vida del prospecto. Su madre, Nidya Yusbelis Rondon, falleció por un cáncer de mama, quitándole su principal apoyo y la posibilidad de cumplirle su sueño: Verlo lanzar en Grandes Ligas.
Por eso este juego era doblemente especial. No solo quería conseguir otra victoria para los Rockies, sino brindar un homenaje a su madre, que aunque no está en este plano físico, todavía la siente cerca. “Ella me está viendo”, comentó Senzatela. “Lo sé”.
Sobre el montículo del Coors Field, para enfrentarse a los Dodgers de Los Ángeles, el diestro ya tenía los reportes claros, plan definido, el guante que lleva escrito “Nidya” en su mano izquierda y con unos zapatos rosados—como los de otros jugadores, pero con el mensaje: “Te amo mamá”, Senzatela realizó el primer envío del compromiso.
Foto AP
El juego no comenzó como deseaba. Corey Seager sacudió un cuadrangular de dos carreras en la primera entrada y Yasiel Puig mandaba la pelota a las gradas del jardín izquierdo en el siguiente inning. El Día de las Madres no iba bien encaminado para Senzatela.
Seguramente conversó con el instructor de lanzadores para hacer ajustes. En solamente 3 episodios, ya había permitido 6 inatrapables; dos jonrones, 3 carreras y el regalo que deseaba darle a su madre se alejaba cada vez más.
La cuarta entrada fue más tranquila. La retiró por la vía rápida e incluso consiguió un ponche para aumentar su confianza. Eso, y con las dos carreras que anotaron sus compañeros, se convirtieron en un bálsamo para un Senzatela que sentía más cerca la victoria para su madre.
Estaba arriba en el marcador y solamente necesita sacar tres outs para conseguir su objetivo. Seager con un elevado al jardín central y Justin Turner con un manso rodado a tercera base, parecía que los Dodgers no pondríam mayores contratiempos; pero un boleto a Cody Bellinger y un sencillo de Yasmani Grandal, volvían a amenazar la tarea de Senzatela.
Todo empeoró cuando Bud Black, mánager de los Rockies, se dirigió al montículo. Con más de 90 lanzamientos realizados, y lejos de estar en un buen día, la idea de retirarlo del encuentro era bastante probable. La conversación fue corta, pero con el tiempo suficiente para que Senzatela recuperara el aliento y convenciera al piloto de mantenerlo en juego.
Después de todo, solamente necesitaba retirar a Chris Taylor para lograr el objetivo de Colorado y suyo. En una batalla donde necesitó 6 lanzamientos, Antonio Senzatela consiguió que su rival conectara un manso elevado que terminó en el guante de Carlos González y que celebró apuntando al cielo con claras muestras de satisfacción. El abrazo que le dio Black demostraba la importancia que tenía el juego para todos.
Su trabajo no fue perfecto, pero sí lo suficiente efectivo para pagar el regalo para su madre. Ahora necesitaba que sus colegas relevistas retiraran las otras cuatro entradas y que el presente llegara al destinatario.
Problemas de Adam Ottavino complicaron la victoria, pero su ofensiva había dado el suficiente colchón para que Greg Holland retirara el noveno, consiguiera su salvamento 16 y Senzatela consiguiera su sexta victoria de la temporada, misma que tiene un sabor especial.
“Hay muchas emociones en mi corazón en este momento”, aseguró el venezolano al Denver Post al finalizar el cotejo. “Me siento bien porque el equipo consiguió la victoria”.
Senzatela dio el regalo a su madre y tuvo que ejemplarse al máximo para lograrlo. Quizás no pueda mostrarlo en redes sociales como otros, pero sí presumir con la misma emoción.