César Sequera Ramos ||@CSequera11
Con un mes y medio de temporada transcurrida, la línea ofensiva de Miguel Cabrera no se encuentra en los niveles que acostumbra. Su promedio no se acerca a los .300 (.248), sus cuadrangulares (4) no están en los primeros lugares de la Liga Americana y sus 15 remolcadas no han ayudado del todo a los Tigres de Detroit.
Todo indica que los problemas de espalda e ingle ya están en el pasado, surgiendo una pregunta ¿Qué le pasa a Miguel Cabrera? Seguramente las estadísticas detallas tengan la respuesta para tan flojo inicio de uno de los mejores bateadores en la historia de las Grandes Ligas.
Hacer las cosas bien y tener “mala suerte”
Decir que el bajo promedio ofensivo que tiene Cabrera en este momento se debe a la mala suerte podría sonar simplista o como una excusa, pero no lo es. Los números aseguran que el criollo golpea la pelota con contundencia, pero por una u otra razón, no está consiguiendo los resultados esperados.
Según Fangraphs, el 48.7% de sus contactos son medidos como “fuertes”, una cifra que es la más alta en su carrera y que no dan muestras de declive de sus cualidades. Pero el promedio de pelotas puestas en juego (BABIP) se ubica en un bajo .306, que es el más bajo en su carrera y la principal razón para enseñar que la mala fortuna está perjudicándolo considerablemente.
Una medición de Statcast también enseña cómo varios factores se han juntado para perjudicar el rendimiento de Cabrera. En un encuentro contra los Medias Rojas de Boston, el toletero disparó una línea que salió a 111.5 millas por hora, y que gracias al ángulo de trayectoria, tenía un “97% de probabilidades de terminar en hit”. Desafortunadamente para el aragüeño, las grandes cualidades defensivas de Jackey Bradley Jr. y lo extenso del Comerica Park, su sonoro batazo se convirtió en un mero elevado al jardín central.
Otro factor que ayuda a demostrar la potencia que está generando un bateador es el porcentaje de líneas. Este año, el 30% de las conexiones de Cabrera son de ese tipo, una cantidad superior al año anterior (22.7%) cuando terminó promediando .316 y conectando 188 inatrapables. Parece cuestión de tiempo para que los números del venezolano mejoren.
Problemas en la selección de lanzamientos
Miguel Cabrera no puede escudarse en la mala fortuna para explicar sus bajas estadísticas. También ha demostrado algunos vicios y necesita corregirlos de inmediato para impulsar su ofensiva.
Diferente a lo que ha sido en toda su carrera, el cuatro veces campeón bate ha demostrado indisciplina. Cabrera está realizando swing al 35.9% de los lanzamientos que están fuera de la zona de strike, haciendo el trabajo de direccionar la pelota a un territorio sin defensa más complicado.
También es la principal razón para que Cabrera se esté ponchando el 24.2% de los turnos, el valor más alto desde su año de novato (24.3%) cuando fue guillotinado en 84 oportunidades en 87 compromisos.
Ahí está el principal foco donde necesita trabajar y hacer los ajustes necesarios para retomar esa disciplina que lo ha llevado a convertirse en una amenaza en las Grandes Ligas. Eso, y con algo más de fortuna, Miguel Cabrera debería recuperar su estelares estadísticas.