Samuel Aldrey /@SamuelAldrey
Quedan ya solo las semifinales y la final para culminar la presente Eurocopa. Una edición que ha sido, por ahora, una de las mejores, pero la Euro del 2000 aún una edición incomparable.
El torneo se encargó de despedir el siglo XX y su adiós fue por todo lo alto. Estos 31 partidos ocupan el pedestal de ser los mejores de todos los tiempos. Además, fue el primero en ser organizado por dos países: Bélgica y Holanda. Se jugó en cuatro sedes en cada país. La inauguración fue en el estadio Rey Balduino de Bruselas y la final en el De Kuip, en la ciudad de Roterdam.
Para esta edición clasificaron las mejores selecciones. La equidad de fuerzas y el nivel competitivo de cada uno de los equipos quedó reflejada en cada partido y cada uno de los estadios permitió vislumbrar 90 minutos de puro espectáculo en cada juego. En sus 31 partidos disputados se marcaron 85 goles con una media de 2.74.
Desde la fase de grupos se vieron partidos envueltos en una oda al gol y al fútbol de ataque. Portugal, con uno de los mejores equipos, fue protagonista al remontar a Inglaterra tras un 0-2 adverso contra Inglaterra, obra de Paul Scholes y Steve McManaman, pero con los goles de Luis Figo, João Pinto y Nuno Gomes venció 3-2 y luego apabulló a Alemania 3 a 0.
Humberto Coelho fue su técnico. En la cancha estaban nombres como Vitor Baia, Fernando Couto, Paulo Sousa, Figo, Rui Costa, Abel Xavier, Pauleta, Nuno Gomes. Todos ellos dejaron estampas de su virtuosidad y efectividad con la pelota.
También se vivió un duelo memorable entre Francia, el campeón al final del torneo, y Holanda para disputarse el primer puesto del grupo 2 a 3, fue una obra maestra. Los holandeses con Edwin van der Sar, Jaap Stam, Frank de Boer, Giovanni van Bronckhorst, Phillip Cocu, Edgar Davids, Dennis Bergkamp, Boudewijn Zenden, Overmars o Kluivert, eran una aplanadora. En cuartos de final golearon a Yugoslavia (6-1) con tres tantos de Kluivert y Francia se vio las caras con España. Los galos vencieron 2-1.
Las semifinales ambas llegaron a la prórroga. La primera, entre Francia y Portugal, se decidió con un gol de oro de Zidane, al transformar un penalti en el minuto 117, y la segunda, Italia-Holanda, en la tanda de penaltis. Frank de Boer, Stam y Bosvelt fallaron desde los once metros.
La final entre franceses e italianos también condujo a las dos selecciones al límite físico y mental. Les Bleus, por medio de Wiltord, empataron en el último minuto de los 90 reglamentarios: un gol agónico. Luego, Trezeguet selló el gol de oro justo un minuto antes de que concluyera el primer tiempo de la prórroga.
Clamores de triunfo, susurros de velorio: Francesco Totti declaró al finalizar el torneo que había sido “injusto” perder la final, pues Italia había hecho, desde lo futbolístico, su mejor partido del campeonato, pero en esta Eurocopa todas las selecciones jugaron casi a la perfección y no bastaba solo con hacerlo bien. Francia deseó más el título y se convirtió en campeona de la mejor edición de una Eurocopa.