Héctor Rojas || @HectorRojas23
Maturín
“Fue perfecto. El resultado abultado y la actuación de mis compañeros en el debut, algunos como titulares. Debo felicitar a (Jacobo) Kouffati, (Jhon) Murillo y a Josef (Martínez) por los tres goles. Fue un trabajo de todos y una noche perfecta”, enfatizó Rómulo Otero, principal motor de la goleada 5-0 que tuvo la selección de Venezuela sobre Bolivia hace dos noches atrás.
El volante del Atlético Mineiro tuvo su gran oportunidad con la selección ante la ausencia de figuras importantes. Algunos de sus compañeros, como Dani Hernández y Alexander González, se lo recalcaron en los días previos y él no los defraudó.
Otro de los chamos que destacó por su velocidad fue Jhon Murillo. El volante del Tondela portugués se comió la banda derecha, transitándola como si de una autopista se tratase. “Vengo haciendo las cosas muy bien en mi club y me tenía mucha confianza, esperé desde hace tiempo una oportunidad, se me dio y pude hacer las cosas bien”, explicó el exjugador del Zamora.
Murillo confesó que fueron no más de dos o tres sesiones de trabajo las que tuvieron en Margarita para modelar el funcionamiento que se vio en la cancha, pero que son jugadores profesionales y deben adaptarse rápido sabiendo que el tiempo de trabajo en selecciones nacionales es muy corto.
Aunque Tomás Rincón, como capitán, señaló que parte de la clave del funcionamiento no fueron solamente esas dos o tres sesiones, puesto que las charlas que venían teniendo como grupo por WhatsApp tuvieron su efecto.
“En los días previos nos comunicábamos por los chats. Sabíamos que teníamos que llegar metidos porque son pocos días los que estamos juntos. Los que llegaron antes a Margarita aprovecharon y pudieron trabajar. Sin dudas nuestro Centro de Alto Rendimiento en Margarita está espectacular y nos da la tranquilidad necesaria para preparar partidos de este tipo”, subrayó el volante del Genoa.
Una linda revancha
Del llanto desolador del juego frente Argentina por salir lesionado de la cancha, Jacobo Kouffati pasó al grito de gol de desahogo que significó su primer tanto en su cuenta personal con la selección nacional.
“Fue hermoso gritar el gol, desahogarme por todo lo que sufrí cuando me lesioné. Muchas cosas pasan por tu cabeza, pero todo depende de ti y de las ganas de volver a levantarte nuevamente. Esta fue una oportunidad hermosa de volver a estar con la selección y de paso, con la victoria, toda la gente salió contenta”, expresó el jugador.
Para el volante del Deportivo Cuenca, el equipo plasmó en la cancha lo que quería Dudamel: jugadores rápidos y jóvenes. Aprovechar lo mal parados que quedaban en la zaga boliviana y asestar un triunfo categórico que ayudara en el ánimo del grupo.
El apoyo fue Monumental
Ni el más ferviente optimista hubiese imaginado la magnitud de público que se volcaría a apoyar a la selección nacional frente a Bolivia en Maturín.
“Estoy en mi casa, donde nací y debuté como profesional ante toda mi familia. Solo tengo palabras de agradecimiento con Dios por haberme brindado este espectáculo tan hermoso hoy”, indicó visiblemente emocionado Kouffati en zona mixta.
Por último Rincón también se sintió agradecido porque el apoyo que recibió la selección nacional en Mérida se repitió y con creces en Maturín.