El próximo martes 7 de mayo, el Parque de los Príncipes será el escenario de un duelo de titanes entre dos de los mejores jugadores del mundo: Kylian Mbappé y Mats Hummels. En el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League, el PSG y el Borussia Dortmund se jugarán el pase a la final, y buena parte de las opciones de ambos equipos dependerán del rendimiento de estas dos estrellas.
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En el partido de ida, disputado en el Signal Iduna Park, Mbappé tuvo una actuación discreta. A pesar de ser uno de los jugadores más peligrosos del PSG, no logró brillar como acostumbra y solo tuvo una ocasión clara de gol, un disparo al palo en la segunda parte.
Hummels, el muro alemán
Gran parte de la responsabilidad de esa actuación gris de Mbappé la tuvo Mats Hummels. El central alemán, elegido mejor jugador del partido, cuajó una actuación colosal, neutralizando por completo al veloz delantero francés. "Es muy complicado marcar a Mbappé", explicaba Hummels tras el encuentro. "Tienes que estar encima de él, sin darle espacio para correr. No permitirle que te ataque con la pelota. Es uno de los tres mejores jugadores del mundo. Es muy difícil".
Un reto aún más exigente
Ahora, Hummels se enfrenta a un reto aún más complicado: intentar parar a Mbappé en el Parque de los Príncipes, un estadio donde el PSG se siente especialmente fuerte. El central alemán es consciente de la dificultad de la tarea, pero se muestra confiado en sus posibilidades. "A Mbappé solo se le puede defender en equipo", aseguraba Hummels en la rueda de prensa previa al encuentro de vuelta. "Con su ritmo inimitable, no se le puede defender solo. Pero él es una parte del todo, hay que tener cuidado con muchos otros también".
Kylian Mbappé no está dispuesto a conformarse con una actuación gris como la del partido de ida. El delantero francés sabe que tiene que ser el líder del PSG si quieren remontar el 1-0 en contra y alcanzar la final de la Champions League. Mbappé tiene la oportunidad de demostrar por qué es uno de los mejores jugadores del mundo y de silenciar las críticas que ha recibido en los últimos días.