Hace 11 años, Félix Hernández marcó no solo un hito para un venezolano en las Grandes Ligas con su Juego Perfecto ante los Rays de Tampa Bay, sino que sumó a otro latino en una lista muy selecta de nombres con marca distintiva. Su paso dorado con los Marineros de Seattle, le valió para este año volver al estadio que lo vio lanzar una de las hazañas más difíciles de conseguir en el juego y además fue honrado con una placa en su nombre en el T-Mobile Park. Ahora, con su nombre al lado de leyendas como Ken Griffey Jr. e Ichiro Suzuki, "El Rey" Felix volvió a ver a su corte en sesión y vio su trono una vez más.
Rodeado además de queridos compañeros de pelota, Félix Hernández recordó sus momentos de gloria. Unos hitos que no solo representaron un baño de alegría para Venezuela, sino que plantó la segunda marca de un latino en un listado de peloteros en el que hasta este 2023, solo estaba el nombre del venezolano y del mítico nicaraguense Dennis Martínez. El dominicano Domingo Germán lo emuló al dejar estupefacto al mundo de la pelota ante los Atléticos de Oakland y se convirtió en el primer dominicano en alcanzar dicha hazaña. Aunque su alegría, poco duró en el clubhouse de los Yankees de Nueva York.
Pero en lo personal, también representó un poco más que solo unos números en una planilla. En mi adolescencia, pude presenciar a través de las pantallas de Meridiano Televisión, un momento histórico del que no tenía mucha conciencia. Jeff Kepinger en la caja de bateo falló con un rodado al campocorto y el relato cada vez se elevaba remarcando lo historico de la ocasión. Primero con dos pitcheos afuera ante Sean Rodríguez, la cuenta en dos bolas sin strikes, ponia en peligro la gloria que todos los que veían el juego, en Seattle y Venezuela estábamos casi convencidos de su logro pero el pensamiento del "tanto nadar para morir en la orilla" no faltó. Sin embargo, como el caballo que tomó la lomita en esa soleada tarde, logró poner pareja la cuenta y un pitcheo por todo el medio, dejó congelado al bateador de los Rays para encender la fiesta en Seattle y a este servidor, lo dejó sin palabras.
¿Que significa?
Solo quedé viendo aquella celebración como el que no entiende bien que está viendo un hito que solo había pasado 23 veces en más de 100 años de historia del beisbol moderno. Ya con un poco más de edad y conocimiento en la pelota, caí en cuenta que lo que vi aquella tarde de un miércoles de vacaciones era mucho más que un simple juego en un día soleado de Seattle.
Era mucho más que eso, aunque a veces hubiera deseado tener un poco más de conciencia beisbolística para poder disfrutar más de un momento que no se va a volver a repetir como ese miércoles 15 de agosto del 2012. Pero aunque poco entendía de la magnitud del evento, al menos es un recuerdo invaluable, el ver en vivo una de las más grandes (sino la más grande) hazaña en la historia del beisbol criollo.