Para nadie es un secreto que Miguel Cabrera es uno de los peloteros más importantes que han pasado por las Grandes Ligas, uno de los mejores bateadores de los últimos tiempos y quizás el mejor pelotero que ha nacido en Venezuela. Pero “Miggy” va más allá de los números, la estrella de los Tigres de Detroit tiene una importancia mucho más grande que las simples estadísticas.
Cuando Cabrera debutó en Grandes Ligas, todo el mundo del beisbol sabía que estaba en presencia de un jugador de época, un predestinado a la grandeza. Sin embargo, siempre estuvo la duda sobre que tan grande sería Miguel dentro de la pelota.
El talento estaba ahí, eso era evidente, pero para llegar a lo más alto de la Gran Carpa un pelotero tiene que hacer algo mucho más que batear, tiene que marcar una época.
En 2011 Miguel Cabrera tuvo problemas con el alcoholismo y ahí comenzó la verdadera grandeza del slugger de Maracay. “Miggy” logró vencer a sus “demonios internos” y a partir de ahí solidificó una carrera que tiene como destino el Salón de la Fama de Cooperstown.
Cuando la noticia de los problemas de “Miggy” salió a la luz pública las dudas sobre su carrera comenzaron a rondar con fuerza. Sin embargo, el criollo levantó cabeza y le demostró al mundo que errar es de humano y si te lo propones puedes derrotar a cualquier adversario que tengas, incluso los enemigos internos que pueda tener cada persona.
A raíz de ese momento “Miggy” enamoró al mundo del beisbol y el beisbol se enamoró de él. Cabrera comenzó a firmar temporadas increíbles, una tras otra. En 2012 logró la triplecorona. Además, fue el MVP de esa campaña y de la siguiente. Sumó cuatro coronas de bateo (2011, 2012, 2013, 2015). Se convirtió en el bateador más temible del mundo con una capacidad abismal de batear para todos lados y con poder. Más de 3000 hits y más de 500 jonrones son una muestra contundente de eso.
El primero de octubre de este 2023 se retiró el venezolano más importante que ha pasado por las Grandes Ligas. El criollo recibió un homenaje por su carrera en cada estadio que visitó. Los Tigres de Detroit le dedicaron una semana completa en su despedida. Eso no es algo muy común en las Mayores.
En 2015, cuando Miguel conquistó su cuarto título de bateo a comienzos de octubre, llegué temprano a la redacción de Meridiano, agarré el teléfono y llamé al recién coronado como mejor bateador de esa temporada. El celular sonó un par de veces y contestó. Sin querer había despertado a Cabrera y sin embargo, respondió con mucha amabilidad cada una de mis preguntas. “Ha sido el título de bateo más importante de mi carrera porque lo gané con una sola pierna”, me dijo en ese momento, cuando las lesiones comenzaron hacer estragos en el cuerpo del número 24 de los felinos.
Gracias Miguel por tu carrera, gracias por darnos la oportunidad de ver al mejor pelotero venezolano que ha pasado por Grandes Ligas. Gracias a Dios, por ser testigo y poder escribir sobre todos estos batazos.