Manuel Vargas || @MA_Vargas7
Brasil comenzó estos Juegos Olímpicos de Río 2016 algo cabizbajo, con empates sorpresivos ante Sudáfrica e Irak, pero tiró de casta cuando más lo necesito contra Dinamarca. Sin embargo, una figura esperaba su momento, apareciendo a partir de los cuartos de final.
Neymar demostró toda su calidad cuando el equipo más lo necesito. Y es que el delantero brasileño (cuatro goles en total) primero abrió el marcador ante Colombia con un tiro libre magistral, en un partido que terminaría 2-0 a favor de los locales. Luego ante Honduras sería protagonista en la goleada de semifinales con dos goles; uno en apenas 14 segundos en una jugada de pillo y el otro de penal al final del choque (90+1). En la final contra Alemania sería un factor clave, primero al anotar un tiro libre perfecto y después cobrando la última pena máxima en la tanda de penales para ganar el oro.
La contribución del “10” fue vital en unos Juegos Olímpicos a los que poco a poco se fueron acoplando para alzarse con la gloria en el propio Maracaná.
Las decepciones son parte del pasado
Al principio del torneo las cosas no pintaban bien, incluso los aficionados llegaron a pitar a su selección, pero Brasil se levantó y recondujo su andar cuando las decepciones del pasado parecían que se volverían a repetir.
Las últimas desilusiones de la canarinha, en el Mundial del 2014 (que fue en casa) más las dos ediciones de Copa América (2015 y 2016), habían dejado heridas profundas en un equipo que necesitaba un buen torneo. Neymar comandó a una generación joven que dejó a un lado el pragmatismo y se entregó a la creatividad de épocas que lucían lejanas.
Cumple el sueño de Brasil
El capitán de Brasil (hasta este torneo) se quedó a las puertas del oro en Londres 2012 al perder contra México (2-1), después no pudo disputar aquel fatídico 7-2 ante Alemania por quedar fuera de las semifinales de su Mundial por lesión, en 2014; en la Copa América de Chile 2015 jugó el primer partido e hizo un gol frente a Perú (2-1), pero ante Colombia salió expulsado por una trifulca al final del partido y no estuvo presente en la eliminación de su selección ante Paraguay.
Neymar no asistió a la Copa América Centenario, para concentrarse en estos Juegos Olímpicos, pero Brasil no pudo avanzar de la fase de grupos decepcionando a todos una vez más. La reivindicación tenía que ser aquí en Rio 2016 y el “10” cumplió con todos los pronósticos dándole una medalla a un país que la buscaba desde hacía mucho tiempo.
Tres platas y dos bronces no eran las adecuadas para una escuadra que ha contado con grandes futbolistas en toda su historia. Ahora, con Neymar comandando a una buena generación el fútbol les otorgó el oro que tanto deseaban.
La selección más laureada del planeta no contaba con una presea dorada en los Juegos Olímpicos. Tuvieron que pasar muchos años hasta que un flaco de Sao Paulo se enfundará la 10 de Brasil, llevando el peso, no solo de un equipo sino también de un país entero, hasta una gloria dorada que enaltece aún más a la que es considerada como la mejor selección de la historia.